Entre tonos grises

Entre tonos grises | Ruta Sepetys | Maeva | 288 pág | 5/5

Junio 1941, Kaunas, Lituania. Lina tiene quince años y está preparando su ingreso en una escuela de arte. Tiene por delante todo lo que el verano le puede ofrecer a una chica de su edad. Pero de repente una noche, la policía secreta soviética entra violentamente en su casa y obliga a su familia a subir a un camión que los llevará a Siberia con otros refugiados. Junto a su madre y a su hermano menor, se ven separados de su padre que es destinado a un campo de concentración. En Siberia, el frío y el hambre son atroces, pero Lina y su familia consiguen salir adelante gracias al espíritu fuerte y solidario de su madre, que logra infundirles esperanza. La única vía de escape de Lina es no dejar nunca de dibujar, habilidad para la que tiene un talento excepcional.

Gracias a este don, Lina decide empezar a pintar para hacer llegar a su padre los dibujos a través de una infinita cadena de presos, con el fin de hacerle saber que aún están vivos. Es el inicio de un largo viaje que Lina y su familia tendrán que superar valiéndose de su increíble fuerza y amor. ¿Pero es suficiente el amor para mantenerlos vivos?

Muchos, sino es que todos, hemos leído algún libro ambientado en la Segunda Guerra Mundial, regularmente hablan de la Alemania Nazi, del papel que jugó E.E.U.U durante toda la guerra, pocos son los que hablan sobre otros países. Entre tonos grises, es uno de esos pocos, nos sitúa en Lituania, en 1941, justo cuando el gobierno de Stalin comienza a invadir Países Bálticos, donde murieron miles de personas, donde muchos de ellos fueron tratados como criminales sin motivo alguno, y cuando veinte años después regresaron, lo habían perdido todo, los soviéticos se habían apropiado de todo, incluso de sus identidades; y dónde todos ellos tenían prohibido hablar acerca del exterminio e incluso algunos rusos negaron lo que había pasado.

Todo lo que sentí al leer este libro no tiene manera de ser explicado,  la historia es muy dura, ya que nos narra la crueldad en la que vivieron aquellas personas.

La historia comienza en 1941, cuando la policía secreta soviética entra en casa de Lina y su familia, para deportarlos junto con otros cientos a un campo de Siberia. Lina nos narra todo lo que tuvo que vivir, el terror, la incertidumbre, los abusos del día a día.

Lina es una niña de quince años, apasionada por la pintura que a escondidas de los guardas irá pintando sus sentimientos, fuerte, decidida, con fallos y virtudes, y que tienen  que crecer a pasos  agigantados; y al mismo tiempo tratará de hacer llegar a su papá algunos de sus dibujos para hacerle saber que están vivos y en donde se encuentran.

 Jonas, su hermano  un niño adorable que me robó el corazón, un niño carismático que al igual que su hermana se ve obligado a madurar de manera precipitada, pero a pesar de eso, jamás pierde su espíritu.

Elena, la mamá de Lina, es una mujer asombrosa, intachable, de  bondad infinita, con un inmenso amor hacia sus hijos y su marido, quienes son su motor para mantenerse en alto.

Andrius, un chico de quince años, quien se convierte en alguien muy importante para Lina y su familia, con un corazón enorme, y quien chocara constantemente con Lina, debido a su carácter, pero el tiempo y las circunstancias los llevaran a forjar una amistad fuerte.

Me reí, llore, emocione y descubrí una parte de la humanidad de la cual no se habla mucho, pero existió, una parte de la humanidad que tristemente ha pasado desapercibida, ha sido uno de esos libros que al terminar de leerlo te hace replantearte el sentido de la vida y te hace valorar todo lo que tienes a tu alrededor. 

Es una novela con la que sufres mucho, pero a pesar de eso, el libro está lleno de esperanza, de deseos por vivir y recuperar lo que les fue robado. Un libro que todos deberían leer.

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